06 June 2010

Reflexioncita con motivo de las elecciones...

A few ideas came up after the "elections" held in Santo Domingo last 16th of May. This one I like very much, made by my dear friend Mariel.


Esta es mi primera reflexión política, y no para sorprenderse sabiéndonos a sólo un día de las elecciones congresionales y municipales en RD y estar siguiendo todos los boletines de la JCE. Y es la primera entrada política porque hoy me siento particularmente desanimada, desilusionada y defraudada. Y la verdad no sé que esperaba de los resultados de los comicios electorales – desde mi despertar social, y por ende político, en Dominicana – ha sido siempre lo mismo – me ahorro el hecho de describir el escenario en la asunción de que el crítico lector dominicano sabe a lo que me refiero.

La razón por la que me siento así es bien simple: los resultados de los comicios. Pero no precisamente al darme cuenta de que el partido oficialista – PLD – haya “ganado” la senaduría en 31 de las 32 provincias – en la única que no ha ganado es en La Altagracia, en donde el candidato del PRSC (Amable Aristy) obtuvo la mayoría de los votos – y las municipalidades 92 de las 155 (el 59%) se “pintaron” de morao. Y me refiero al término ganar entre comillas porque con más de un 60% de abstención de la población – que afecta directamente la representatividad de quienes fueron elegidos/as – no puede decirse ni que es “la voluntad del pueblo” ni que hubo una efectiva elección de los candidatos – si bien el candidato ganador en estas elecciones sería o Ninguno – pero eso es tema de otra reflexión – o la candidata Abstinencia – por ponerle un nombre a lo que verdaderamente el pueblo dominicano eligió ayer día de las elecciones.

Lo que sinceramente me preocupa y me desilusiona son las propuestas de los candidatos y candidatas, o mejor la falta de ellas que es el meollo del asunto. El hecho es que con la elección de esas candidaturas también elegimos lo que ellos y ellas representan: sus acciones o inacciones, sus ideales o la falta de ellos, sus escrúpulos o su inmoralidad.

Y no es que no me percate de las devastadoras consecuencias para la democracia que tiene el hecho de que el mismo partido de gobierno controle el Poder Ejecutivo y el Legislativo – y hasta cierto punto el Judicial – (ya sé que “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”) sino que mi inmediatez de preocupación – quizás también por la falta de conocimientos políticos teóricos – hace que me recorra un friíto por la espalda al pensar en el escenario de RD en los próximos 6 años:

Ya me imagino Zooberto Parks por doquier – sin parqueos, porque el gorila vino “a pie” como afirmó el alcalde Roberto Salcedo –, pero también sin un acceso seguro para los/as valientes que vayan a recrearse entre las tan “apacibles” calles Lincoln y Kennedy y a disfrutar del calorcito que nos brinda el sol (que seguramente fue el concepto detrás de un parque donde no hay árboles que ayuden a mitigar los implacables rayos de sol, en un país donde la temperatura media no baja de 30C. Y sin mencionar las condiciones físicas de las calles y del trasporte en la ciudad, y la contaminación del aire, del agua, del suelo, visual, sonora….

Ya me imagino a los senadores y diputados seguir justificando los llamados barrilitos, levantar las manos (porque no se puede llamar votar a un acto mecánico) a favor o en contra de los diferentes proyectos de ley, modificaciones a la Constitución – que son el pan nuestro de cada día y se hacen de acuerdo voluntades personales – y otras cuestiones que se discuten en sus salas, siguiendo directrices tanto de sus partidos, como externas – la iglesia por ejemplo – o lo que popularmente se llama: bajar líneas. Todo menos de acuerdo a los intereses de la ciudadanía, a quienes dicen representar.

Pero lo que más me gusta imaginar – y quizás sea lo más difícil – es el resurgimiento de los movimientos sociales. Alguien alguna vez dijo, que la teoría del surgimiento de la esperanza de los pueblos – si, esos movimientos sociales – es, entre otras cosas me imagino, que las condiciones del escenario político hayan llegado a los límites que la sociedad no pueda aguantar ya– sólo espero que después de esto o estemos ahí o no nos falta mucho. Yo, por mi parte, me sumo a la creación de conciencia que hace que la juventud despierte, como ya ha despertado una parte de ella.

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